Mirar con el Corazón: La Belleza que Surge de la Adversidad

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Si ubicamos nuestra atención en la contemplación, si miramos con los ojos del corazón, apreciamos para entender; luego, logramos comprender. En la contemplación surgen pensamientos y sensaciones profundas y reflexivas.

¿Cómo comprender la belleza de una flor con espinas? ¿De dónde se origina esta belleza?
Una flor es bella porque encontró la comunión entre función, atracción y protección.

Al igual que cualquier ser vivo en el planeta, busca la perfección en su expresión y va recorriendo un camino de crecimiento. Una semilla se alimenta de su terreno y en él deposita sus raíces.
Pero no se queda ahí: de la semilla emerge un tallo que se alimenta de la luz, a través de sus hojas, que crecen y crecen. Su tallo se hace robusto acorde a su entorno, y las espinas surgen para su protección; se protegen del exceso de sol que podría dañar su digestión y de animales herbívoros que podrían lastimarlas.

Hasta que, un día, en su perfección, la primera flor emergió, y en su ADN esa información se guardó para transmitir a la siguiente generación su solución, la cual se fue regando en el planeta, permitiéndonos disfrutar de su belleza.
Más allá de su olor y color, se encuentra la belleza de su perfección de adaptación para seguir surgiendo a pesar de los cambios.

 

Paul Breiner. Entrenador Ontológico

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