Ser y tener: un buen amigo
Aunque amo la soledad,
amo el silencio,
y aunque en mi soledad me siento contento,
Sé de la importancia de los amigos.
No cualquier amigo, hablo de los amigos.
¿No tienes? Te invito a buscarlos.
¿No sabes cómo?
Es fácil, una vez te abres a encontrarlos.
Pero no hablo de conocidos con aprecio,
hablo de aquellos que están por aprecio, estima y respeto,
amigos por compatibilidad.
Aquellos que comparten aciertos y tropiezos,
hobbies y pasiones,
los que suman,
que te impulsan,
te acompañan,
te alientan.
Amigos que te recuerdan tus sueños,
que te muestran tus fortalezas
y te hacen ver, sin miedo,
tus debilidades.
Un buen amigo, con palabras justas,
te guía hacia el cambio,
sin juzgar, con neutralidad.
De un pequeño grupo puede nacer
un hermano,
o un amigo tan cercano
que el apellido no importa, sería lo mismo.
Pinceles dando colores a nuestro lienzo,
Colores que dan matices a nuestros intentos.
Tenemos con quien compartir euforias o calmar melancolías, ayudándonos a soportar los grises días, y a celebrar con alegría los matices de cada día.
En la soledad hallamos nuestra compañía,
pero en la amistad
encontramos el eco que nos rescata
de nuestra propia anarquía.
Paul Breiner. Entrenador Ontológico